Los escritores ilustrados encuentran en la didáctica el medio ideal para transmitir sus ideas.
1. LA FÁBULA.
Es una composición en verso que recae escenas entre animales personificados o seres inanimados con una finalidad didáctica y moralizante, es decir, pretende enseñar y transmitir valores morales.
Presenta una gran variedad métrica y estrófica. (versos alejandrinos, endecasílabos, silvas, décimas...).
Los fabulistas más destacados del Siglo de las Luces son Félix María Samaniego y Tomás de Iriarte.
- Félix María Samaniego.
El autor recoge en sus obras las enseñanzas de los fabulistas clásicos (de Grecia y Roma) como Esopo o Fedro, así como del autor francés La Fontaine, ya que el autor abandonó sus estudios en Derecho y se trasladó a Francia, donde recibió influencias de los ilustrados de ese país.
- Tomás de Iriarte.
Natural de Tenerife (Canarias) y residente en Madrid, el autor es capaz de unir en muchas de sus obras la intención didáctica (enseñar) propia de los ilustrados, como el empleo de los recursos literarios de la lírica, como por ejemplo el uso de estructuras paralelísticas (versos con la misma estructura sintáctica).
2. EL ENSAYO.
Consiste en una exposición clara sobre un asunto, aportando pruebas y comentarios, y suscitando la reflexión en el lector - receptor.
Durante la Ilustración el ensayo sirvió para tratar temas variados (política, educación, economía, sociedad) y se utilizó con una doble finalidad:
- divulgar las nuevas teorías de la ciencia y la técnica.
- combatir las falsas creencias en las que creía el pueblo.
Entre los ensayistas más importantes destacamos a Fray Benito Jerónimo Feijoo y Gaspar Melchor de Jovellanos.
- Fray Benito Jerónimo Feijoo. En su obra abarca numerosos temas con el fin de desterrar la ignorancia y de instruir a un público amplio. Sus obras reflejan la influencia de los ilustrados franceses y el aprecio por la cultura clásica (Grecia y Roma).
- Gaspar Melchor de Jovellanos. Su obra fundamentalmente didáctica, denuncia la situación de España y propone las reformas necesarias para impulsar el cambio económico y social. En sus ensayos trata diversos temas y presenta un estilo elegante y sobrio (sencillo).
3. EL GÉNERO EPISTOLAR (cartas).
Los ilustrados creían que mostrar los defectos y las carencia de la sociedad era el primer paso para reformarla.
Algunos autores pensaron que la experiencia de un extranjero que llega a un país desconocido podría ofrecer una visión objetiva y diferente de su sociedad.
En este género destacará el autor José Cadalso. Él escribió una de las obras más importantes de la Ilustración en España: las Cartas marruecas.
En esta obra se ofrece una visión crítica de las costumbres del pueblo español, a partir de las cartas que intercambian tres personajes: Nuño (un español cristiano), Gazel (un joven marroquí que viaja por España) y Ben - Beley (se encuentra en Marruecos y es el preceptor de Gazel).
