viernes, 29 de mayo de 2015

LITERATURA HISPANOAMERICANA (4º de ESO)

 BLOQUE 1. POESÍA.
El primer gran movimiento literario surgido en Hispanoamérica de un modo autóctono fue el Modernismo, que llegó a España de la mano del nicaragüense Rubén Darío, su impulsor. La influencia del Modernismo en toda Hispanoamérica fue enorme y formó la base sobre la que se produjo el desarrollo de la literatura en el continente. Otros poetas modernistas son el mexicano Amado Nervo, el argentino Leopoldo Lugones o el colombiano Guillermo Valencia.

Todos ellos traen a la poesía americana el refinamiento modernista, la influencia francesa, el vitalismo, la sensualidad. Pero lo más importante de esta penetración del Modernismo es tal vez la creación de una conciencia de comunidad literaria hasta entonces desconocida en Hispanoamérica.

En general, la poesía hispanoamericana del siglo XX se mueve entre dos polos ideológicos y estéticos similares a los europeos:
  • La tensión entre la tendencia cosmopolita, que se vincula con los temas y problemas universales, y la necesidad de reflejar la realidad americana.
  • El contraste entre un concepto de poesía como arte puro, en consonancia con la concepción vanguardista europea, y la defensa de la poesía como arte comprometido con los problemas humanos, sociales y políticos de los pueblos americanos.

1. PRINCIPALES CORRIENTES POÉTICAS HISPANOAMERICANAS DEL SIGLO XX.

En los años siguientes al Modernismo se pueden establecer tres tendencias:

El Posmodernismo. Entre las vías que se exploran en esos años, se da una poesía intimista, que prolonga algunos rasgos del Modernismo pero elimina lo superfluo. La cultivaron, sobre todo, mujeres como Alfonsina Storni y Gabriela Mistral. Otros autores, como Lugones y Julio Herrera y Reissig, experimentan con la metáfora en busca de nuevos modos de expresión que los acercarán a las vanguardias. Por último, aparecen los temas sociales en autores como Ramón López Velarde.

El vanguardismo. Como en Europa, abundan los ismos de carácter rupturista y escasa duración. El ismo de mayor importancia fue el Creacionismo, cuyo promotor fue el chileno Vicente Huidobro, que creó escuela en España. El argentino Jorge Luis Borges participó durante su estancia en nuestro país en la corriente del Ultraísmo, y a su regreso a Buenos Aires consiguió difundirlo y crear adeptos, como Ricardo Güiraldes y Oliverio Girondo. Por su parte, el Surrealismo fue sentido por muchos poetas como el modo más adecuado de expresión para profundizar en algunos aspectos de la realidad americana: el pasado precolombino, la fusión de culturas, la pervivencia de mitos indígenas o la naturaleza exuberante y grandiosa. Entre los potas marcados por el Surrealismo en alguna etapa de su producción se encuentran Pablo Neruda y Octavio Paz.

La poesía negra. En las Antillas nace un movimiento poético que se inspira, por primera vez, en los negros descendientes de los esclavos africanos. En esta corriente se mezclan el contenido social, que denuncia la marginación, y la atracción vanguardista por los mundos primitivos y las costumbres folclóricas, vistos como culturas no viciadas por el racionalismo occidental. El principal representante de la poesía negra es Nicolás Guillén. En sus poesías trata de reproducir verbalmente los ritmos y sones de las músicas ceremoniales de los negros antillanos, incluyendo onomatopeyas, palabras africanas y deformaciones fónicas y sintácticas.

2. PRINCIPALES POETAS HISPANOAMERICANOS DEL SIGLO XX.
A lo largo del siglo destaca la obra de tres poetas con estilo propio:

CÉSAR VALLEJO (1892-1938). Este poeta peruano se inició con un libro, Los heraldos negros, influido aún por el Modernismo, en el que revela una visión sombría del mundo donde el hombre es un ser sufriente sometido al azar del destino y cuyo dolor no encuentra alivio. El cambio poético ofrece su siguiente libro, Trilce, es radical: son poemas de inspiración vanguardista, con un lenguaje desarticulado o sin significación, debajo del cual sigue existiendo una protesta por el dolor del mundo y el sentimiento de desarraigo del poeta. César Vallejo vive exiliado en Europa desde 1923. En París entra en contacto con las vanguardias europeas, viaja a España en diversas ocasiones y conoce a muchos de los poetas de la época. Sus últimas obras se inclinan por una poesía de intención social y comprometida. En Poemas humano se añade la serie titulada España, aparta de mí este cáliz, que tiene como motivo la Guerra Civil española. Vallejo clama contra la crueldad, el sufrimiento de los seres humanos y denuncia a sus causantes; pero el poeta no renuncia a expresarse con una sorprendente inventiva verbal que potencia el efecto de sus sentimientos.

PABLO NERUDA (1904-1973). El chileno Pablo Neruda es autor de una extensa obra poética, de tomas y formas variadas. Se inicia en el Posmodernismo de carácter neorromántico y obtiene un gran éxito con Veinte poemas de amor y una canción desesperada. En la década de los años 30 estuvo muy relacionado con los poetas del 27 y vivió en España. Publicó un libro de inspiración surrealista, Residencia en la tierra, pero pronto se convirtió en defensor e impulsor de la poesía más combativa desde la revista Caballo verde para la poesía. Fruto de esta concepción poética es su extenso Canto general, en el que se propone ofrecer una visión poética y política de toda la historia americana. Neruda fue un poeta prolífico y no dejó de publicar libros de poesía amorosa, como Los versos del capitán y Cien sonetos de amor, así como poemarios en los que muestra su adoración por las cosas sencillas y cotidianas: Odas elementales.

OCTAVIO PAZ (1914-1998). En este poeta y ensayista mexicano destaca también la diversidad de tendencias a lo largo de su trayectoria. Fue un poeta neomodernista en sus inicios y también escribió poesía combativa y comprometida, en especial durante el periodo de la Guerra Civil española, que le marcó profundamente. Pero Octavio Paz buscó siempre nuevas fronteras poéticas a través de caminos personales: su unión particular del Simbolismo con el Surrealismo está presente en su libro más conocido: Libertad bajo palabra. Se inspiró en las vanguardias para componer poemas visuales, que él llamó topoemas; y también enriqueció su poesía con su conocimiento de la filosofía y poesía orientales, tendencia cuyos frutos reunió en la recopilación El fuego de cada día.

BLOQUE 2. NARRATIVA.
 Es a partir de la década de 1910, cuando la literatura hispanoamericana llega ocupar un significativo lugar dentro de la literatura universal.
En la primera mitad del siglo XX la prosa narrativa de los países latinoamericanos sigue una trayectoria que va del Modernismo al interés por lo local y lo social. Muestras de ello son la novela de la Revolución Mexicana (Los de abajo, de Mariano Azuela, La sombra del caudillo, de Martín Luis Guzmán), o la llamada novela indigenista, que denuncia la situación de marginación de los indios en la sociedad criolla poscolonial (Huasipungo, de Jorge Icaza, Los ríos profundos, de José María Arguedas, El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría).

1. LA RENOVACIÓN NARRATIVA DE MEDIADOS DE SIGLO.

A partir de los años cuarenta la narrativa hispanoamericana se enriquece y se renueva de forma excepcional. Los caminos seguidos son múltiples y revelan la asimilación de las técnicas narrativas de los novelistas europeos y norteamericanos de la primera mitad del siglo, así como de las innovaciones que habían supuesto las vanguardias. Conviven en las novelas y cuentos de los autores latinoamericanos diversas tendencias: la narrativa metafísica de José Lezama Lima (Paradiso, Oppiano Licario) y, por supuesto la de Jorge Luis Borges; la narrativa existencial, con autores como Juan Carlos Onetti o Ernesto Sábato; los herederos de la novela de la revolución mexicana, como Juan Rulfo; y el camino hacia el “realismo mágico”, con Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Julio Cortázar o Augusto Roa Bastos.

Lo más llamativo de esta renovación es cómo junto a la realidad irrumpe la imaginación, de modo que realidad y maravilla aparecerán íntimamente ligados en la novela: uso del mito, de la leyenda, de la magia, de la poesía. Esto es lo que se ha dado en llamar "realismo mágico" (término acuñado por Franz Roh en 1925 para referirse a un movimiento pictórico alemán) y alternativamente "lo real maravilloso", denominación usada por Alejo Carpentier.

JORGE LUIS BORGES (1899-1986) no es autor de novelas sino de relatos breves que reunió en sucesivos volúmenes: Historia universal de la infamia, Ficciones, El Aleph, El informe de Brodie, El libro de arena. En sus cuentos supera el tradicional realismo de la narrativa hispanoamericano y da entrada a elementos fantásticos que no solo cuestionan la estética realista, sino la realidad misma. En sus relatos son constantes la presencia de mitos clásicos, referencias literarias, símbolos… La convicción de Borges de que no es posible un verdadero conocimiento de las cosas explica los temas de sus cuentos: el mundo como un confuso laberinto, el destino incierto del ser humano, la muerte, el tiempo.

JUAN RULFO (1918-1986) es autor de un libro de relatos, El llano en llamas, y una novela corta, Pedro Páramo. Pese a la brevedad de su obra alcanza una dimensión universal, al abordar temas como la incomunicación, la soledad, la violencia, el dolor, el destino, la fatalidad, la muerte. Ambas obras presentan un mundo cerrado, hostil, en el que habitan personajes solitarios, ensimismados, con sentimientos de culpa, rodeados por un paisaje que es siempre el mismo: llanuras desoladas, tierras inhóspitas, clima abrasador. Pese a su estilo sobrio, incorpora elementos novedosos: el monólogo interior, el perspectivismo narrativo, saltos en el tiempo, etc.

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS (1899-1974) hace convivir en sus obras la denuncia social, los elementos vanguardistas y los elementos mágicos. Ello es visible en sus primeras obras: Leyendas de Guatemala y Señor Presidente. En la “trilogía bananera” (Viento fuerte, El Papa Verde, Los ojos de los enterrados) la denuncia del neocolonialismo empresarial estadounidense predomina sobre los demás elementos.

JULIO CORTÁZAR (1914-1984) también incorpora a sus textos los elementos maravillosos, pero su realismo fantástico se caracteriza por contar de modo objetivo lo anómalo e imaginario. 

 La historia de la literatura hispanoamericana, que comenzó durante el siglo XVI en la época de los conquistadores, se puede dividir a grandes rasgos en cuatro periodos. Durante el periodo colonial fue un simple apéndice de la literatura española, pero con los movimientos de independencia que tuvieron lugar a comienzos del siglo XIX, entró en un segundo periodo dominado por temas patrióticos.
La literatura fantástica consiste en romper con la lógica, poniendo en cuestión una sociedad basada en la fe en la razón. De ahí que en sus relatos predomine el absurdo y la irracionalidad. Destacó como autor de cuentos que fue reuniendo en diversos volúmenes (Bestiario, Final del juego, Las armas secretas, Historia de cronopios y famas, etc.). Gran fama alcanzó su novela Rayuela, especie de rompecabezas narrativo que puede leerse de forma convencional o saltando capítulos; metáfora literaria de la fragmentación y el caos del mundo bajo el aparente orden superficial.

2. LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA DESDE 1960.
Durante los años sesenta se produce la gran difusión internacional de la narrativa hispanoamericana (lo que se conoce como el “boom” de la novela hispanoamericana). Los nuevos novelistas muestran la asimilación de las innovaciones técnicas que se habían producido en la novela universal durante el siglo XX y, por supuesto, son también deudores de la tradición narrativa hispanoamericana anterior. Por ello, sus obras son consideradas la culminación del realismo mágico.
De entre los numerosos narradores hispanoamericanos destacamos a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (1928-2014) revela desde sus primeros relatos (La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora, etc.) algunas características de su obra posterior: una gran capacidad narrativa, la mezcla de lo real e imaginario y la fusión del mito y la historia. Ambiente, personajes, temas y técnicas de estos libros iniciales se reiteran en su primera novela extensa con la que alcanza la fama internacional: Cien años de soledad. Como indica su título, gira en torno a dos temas: el tiempo y la soledad. El tiempo aparece de dos modos opuestos: un tiempo circular en que los hechos parecen repetirse sin fin, y el tiempo histórico, cronológicamente lineal, a través del cual se pasa desde el prehistórico Macondo (el lugar de la novela) a los posteriores Macondos: el feudal, el de la colonización española, el de la lucha por la independencia, el del desarrollo industrial, el de la invasión de las multinacionales… Se dice por ello que Macondo es América Latina en pequeño. Por otra parte, la soledad es una característica de los personajes de la novela, fruto de la incomunicación y la ausencia de amor. García Márquez ha publicado después otras novelas importantes: El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera… También ha seguido reuniendo cuentos en diversos volúmenes.

MARIO VARGAS LLOSA  conoce el éxito desde muy joven con La ciudad y los perros. En esta obra, ambientada en un colegio militar, se satiriza con dureza el mundo cerrado y violento de la institución militar. A diferencia de otros narradores, Vargas Llosa renuncia a los elementos mágicos y maravillosos y se mantiene en el plano de la realidad común. En sus siguientes novelas destaca por la facilidad con que usa las técnicas narrativas de la novela contemporánea, sus dotes de narrador y el uso del realismo crítico: La casa verde, Los cachorros (una novela breve sobre el mundo de los adolescentes en la sociedad limeña acomodada), Conversación en la Catedral (una extensa novela con diferentes historias que ofrecen un retrato completo del Perú contemporáneo, asolado por la corrupción y el autoritarismo). En los últimos años ha tenido dos grandes éxitos con novelas que revisan la historia del siglo XX: La fiesta del chivo y El sueño del celta.

El boom dejó en años posteriores un terreno favorable en editoriales y público para la multiplicación, muchas veces indiscriminada, de autores y títulos. Las editoriales aprovecharon el filón y acudían al constante lanzamiento de novelas. Fue la resaca del boom.

Además de los novelistas que siguen en activo entre los ya mencionados, merecen destacarse en la narrativa hispanoamericana actual a autores como Isabel Allende (chilena), Laura Esquivel (mexicana), Antonio Skármeta (chileno) o Augusto Monterroso (guatemalteco).