Sentéme al cabo del
poyo y, porque no me tuviese por glotón, callé la merienda y comienzo a cenar y
morder en mis tripas y pan, y disimuladamente miraba al desventurado señor mío,
que no partía sus ojos de mis faldas, que aquella sazón servían de plato. Tanta
lástima haya Dios de mí como yo había dél, porque sentí lo que sentía, y muchas
veces había por ello pasado y pasaba cada día. Pensaba si sería bien comedirme
a convidalle; mas, por me haber dicho que había comido, temíame no aceptaría el
convite. Finalmente, yo deseaba que el pecador ayudase a su trabajo del mío, y
se desayunase como el día antes hizo, pues había mejor aparejo, por ser mejor
la vianda y menos mi hambre.
Quiso Dios cumplir mi
deseo, y aun pienso que el suyo; porque, como comencé a comer y él se andaba paseando,
llegóse a mí y díjome:
-Dígote, Lázaro, que
tienes en comer la mejor gracia que en mi vida vi a hombre, y que nadie te lo
verá hacer que no le pongas gana, aunque no la tenga.
«La muy buena que tú
tienes -dije yo entre mí- te hace parescer la mía hermosa».
Con todo, parescióme
ayudarle, pues se ayudaba y me abría camino para ello, y díjele:
-Señor, el buen
aparejo hace buen artífice. Este pan está sabrosísimo y esta uña de vaca tan
bien cocida y sazonada, que no habrá a quien no convide con su sabor.
-¿Uña de vaca es?
-Sí, señor.
-Dígote que es el
mejor bocado del mundo y que no hay faisán que así me sepa.
-Pues pruebe, señor,
y verá qué tal está.
Póngole en las uñas
la otra y tres o cuatro raciones de pan de lo más blanco. Y asentóseme al lado
y comienza a comer como aquel que lo había gana, royendo cada huesecillo de
aquéllos mejor que un galgo suyo lo hiciera.
El
Lazarillo de Tormes. ANÓNIMO
El texto seleccionado pertenece a
la novela El Lazarillo de Tormes,
perteneciente al género de la novela picaresca. El Lazarillo ha sido considerada la primera novela de este género.
En El Lazarillo, no obstante, aparecen los rasgos fundamentales
siguientes:
- El protagonista es un hombre vulgar y ordinario (anti-héroe).
- Asimismo, es criado de muchos amos.
- Se presenta una visión realista del mundo.
- Se utiliza la forma autobiográfica.
- La intención de la obra es de crítica y moralizante.
En definitiva, la intención del
autor fue dar categoría literaria a la vida de un insignificante personaje, lo
que cual le permite poner de manifiesto su visión antiheroica del mundo y,
al mismo tiempo, hacer la crítica de la sociedad, fundamentalmente de la
nobleza y el clero. El autor se manifiesta contrario a ideas y costumbres
de la época, motivo por el cual, quizá, no dio a conocer su nombre y la obra ha
llegado anónima hasta nosotros.
La novela se divide en siete
tratados de diferente longitud como corresponde a la importancia relativa de su
contenido. El Tratado 1º narra la niñez de Lázaro y su aprendizaje con el
ciego; el 2º cuenta el episodio del clérigo avariento, en el que sigue la
evolución psicológica del personaje; el 3º es el episodio del escudero, donde
Lázaro aprende que la gloria se basa en la mera apariencia; los tratados 4º y
6º son meramente episódicos y sólo presentan nuevos amos; el 5º es el episodio
del buldero y en él aprende que con mentiras y astucias se puede llevar una
vida holgada; por último, en el 7º Lázaro llega a lo que considera “la cumbre
de toda buena fortuna”, afirmación irónica porque a lo único que ha llegado es
a ser pregonero de vinos en Toledo y criado de un capellán con cuya protegida
se casa. La novela termina, pues, con el cierre de la evolución psicológica del
personaje, que comenzó siendo un niño ingenuo y termina en ser un hombre
conformado con su suerte.
El fragmento que comentamos
pertenece al tratado 3º, en el que sirve a un escudero que no tiene absolutamente
nada y el criado tiene que alimentarlo, procurando no herir su dignidad.
Corresponde a uno de los momentos más conmovedores de la novela: A Lázaro le
han regalado una uña de vaca y algunas tripas cocidas que reparte con su amo.
Al ver la altanería y, a la vez, el hambre de éste, el muchacho se lamenta de
su desventurado amo, preocupado siempre por aparentar una condición que no
posee. Podemos considerar que el texto trata el tema de la fraternidad humana
como motivo novelesco.
En cuanto a la estructura interna
del fragmento, este se divide en tres partes:
1ª parte (“Sentéme al cabo del poyo...hambre”): El criado cuenta sus cautelas
para invitar al amo a comer con él, sin herir su dignidad.
2ª parte (“Quiso Dios...sepa”): Ambos tienen una conversación, en la que el
escudero alaba a Lázaro y al bocado que trae para disimular sus ansias por
comer.
3ª parte: (“Póngole...hiciera”): Lázaro describe las ganas con que su amo se
come aquellos despojos.
Un análisis de los elementos
narrativos nos lleva a ver un narrador en
1ª persona, que es el propio Lázaro, de ahí su carácter autobiográfico.
Los dos personajes que aparecen
son Lázaro y el escudero y nos son descritos a través de una caracterización
indirecta, es decir, la información que sobre ellos recibimos se consigue a
través de sus actos y de lo que dicen. El primero se compadece de su
desventurado amo, al que no quiere herir en su dignidad. El segundo se muestra
ridículo, intentando disimular su hambre, revoloteando en torno al criado y
buscando la alabanza para atraerle y que le dé de comer. Los dos están
perfectamente caracterizados por su forma de actuar y Lázaro, además, nos
transmite su pensamiento acerca del momento que se narra.
El espacio en que se desarrolla
lo relatado es un lugar cerrado, en el ámbito de la casa del amo. Los hechos se
desarrollan en un tiempo pasado, anterior al momento en que el narrador se
encuentra y transcurren en un orden lineal.
Por lo que se refiere a la
técnica y estilo, es claramente visible el uso del diálogo, dando al fragmento
un carácter casi teatral. Se observan muchos recursos: palabras con doble
sentido (“Póngole en las uñas la otra”) para dar cuenta del hambre del amo;
repeticiones (sentí / sentía; pasado / pasaba; ayudarle /ayudaba);
comparaciones (como había de él; y no hay faisán que así sepa); ironía y burla
(“la muy buena que tú tienes te hace parecer la mía hermosa”); hipérbole (”que
no habrá a quien no convide con su sabor”); paronomasia (“como comencé a comer”).
El diálogo ágil junto con los recursos descritos hace del fragmento un pasaje
de gran plasticidad y de fácil recreación en la mente del lector. Por otra
parte, el lenguaje es llano, sin afectación alguna, como corresponde al siglo
XVI. En esta sencillez elaborada reside en gran parte el atractivo de la obra.
Por último, y a modo de
conclusión, diremos que la evidente crítica social que se desprende del libro,
y de este fragmento también, justifica el deliberado propósito del autor de
permanecer en el anonimato. Los personajes y el ambiente del texto, al igual
que el que aparece en toda la obra, corresponde con un mundo de marginados
sociales. En la actualidad existen también personas que por diversos motivos
viven al margen de la sociedad. Su forma de vida, comportamiento, aspiraciones,
causas de su marginación, etc. han dado lugar también a obras importantes de
nuestra literatura. Aquí, vemos como el Lázaro da muestras con su
comportamiento de esa evolución de la que hablábamos anteriormente, según la
cual conoce las miserias de su amo y actúa en consecuencia. En cuanto al estilo
utilizado, encaja en la mentalidad renacentista, basada en la sencillez alejada
de toda artificiosidad, que aparecerá en el siglo siguiente.